Extracto:Motivados por la estabilidad, el tipo de cambio favorable y el declive de la economía británica, los compradores de Estados Unidos se han lanzado a por el mercado inmobiliario de Londres.
El mercado inmobiliario de lujo en Londres atraviesa una transformación inesperada: mientras los compradores tradicionales del Golfo, Rusia o Asia reducen su presencia, los estadounidenses se han convertido en los nuevos dominadores de las operaciones de alto nivel. Solo en 2024,representaron el 25% de las compras en el segmento de viviendasvaloradas en más de 15 millones de libras (unos 17,4 millones de euros), según datos de LonRes citados por .
La tendencia se ha intensificado en los últimos meses.Los estadounidenses ya son el grupo extranjero más numeroso entre los compradores de propiedades de alto valor en la capital británica. La consultora Eccord, especializada en clientes internacionales, asegura que los ciudadanos de Estados Unidos representan cerca del 30% de su cartera. “No es cuestión de si compran en Londres, sino de cuándo”, ha afirmado Jo Eccles, su directora general, en un artículo de .
Las razones son múltiples y no solo económicas.
“Nuestros clientes no están simplemente buscando una ganga; buscan un lugar estable, con prestigio y calidad de vida”, explica en otra nota de prensa James Hollingsworth, director de Laurus Law, firma legal especializada en transacciones con compradores estadounidenses. Desde su despacho en Londres, confirma un aumento sostenido de las peticiones de compra procedentes del otro lado del Atlántico.
La debilidad de la libra frente al dólar sigue siendo un incentivo. La consultora inmobiliaria Knight Frank calcula que los compradores denominados en dólares disfrutan hoy de un descuento relativo del 37% frente al pico de precios de 2014. “Donald Trump ha hecho que comprar en Reino Unido sea más barato”, asegura Tom Bill, director de investigación residencial en Knight Frank, en . Lo atribuye a la caída de los tipos hipotecarios impulsada por la expectativa de recortes del Banco de Inglaterra, en respuesta a la inestabilidad generada por la política arancelaria del expresidente estadounidense.
No obstante, el perfil del nuevo comprador americano dista del inversor especulativo clásico.
Se trata de familias en busca de vivienda habitual, ejecutivos tecnológicos de empresas como Apple, Meta o Sequoia —todas con sedes recientes en Londres— o jubilados con elevado patrimonio. “Los estadounidenses buscan viviendas con cocinas abiertas, dormitorios con baño, salas de cine y una estética parecida a la de los Hamptons”, asegura Hollingsworth.
Christopher Shaw, de Private Office Real Estate, añade que “desde principios de 2025 hemos visto un aumento claro de nuevos compradores estadounidenses y ventas cerradas con ellos, especialmente en Notting Hill”.
Los barrios más demandados son Notting Hill, Kensington, St John‘s Wood, Belgravia y Marylebone. Cuatro de cada diez ventas de propiedades por encima de los 15 millones de libras en Londres fueron realizadas por ciudadanos de Estados Unidos en 2024, según Sotheby’s International Realty. Los compradores están dispuestos a pagar un precio más alto “por la comodidad de una vivienda lista para habitar”, según Camilla Dell, fundadora de la agencia Black Brick.
El atractivo no se limita a la capital.
Zonas como los Cotswolds o el centro de Inglaterra están captando cada vez más operaciones estadounidenses, según Chartwell Noble, que destaca el interés por propiedades rurales históricas y con buena conexión a Londres.
Desde abril de 2025, el Reino Unido ha reformado el régimen fiscal conocido como non-dom, que permitía a los residentes extranjeros no domiciliados tributar solo por los ingresos generados dentro del país, quedando exentos del pago de impuestos por sus rentas en el extranjero. Este sistema, muy atractivo para grandes fortunas internacionales, ha sido eliminado, lo que ha provocado la marcha de algunos de sus beneficiarios.
A esto se suma el aumento del impuesto de timbre (), un gravamen que se aplica a la compra de viviendas y que penaliza especialmente a los compradores internacionales. Ambos cambios han reducido la rentabilidad fiscal de mantener propiedades en Londres, empujando a algunos propietarios tradicionales a vender sus inmuebles. Solo en el primer semestre de 2025, se vendieron propiedades de lujo por valor de 694 millones de libras, un 13% menos que el año anterior, según .
Lapreferencia por viviendas listas para habitar marca una línea divisoria. Más del 80% de las operaciones en el segmento por encima de 10 millones de libras se realizan fuera del mercado público, a través de canales privados, según los datos a los que tiene acceso el banco Barclays.
No todos compran de inmediato. Muchos optan por alquilar primero, especialmente quienes prevén estancias de corta o media duración. “Desde comienzos de año hemos observado cómo algunos estadounidenses prefieren alquilar en Kensington o Notting Hill si su plan no supera los cinco años”, explica James Stuart-Mogg, jefe de ventas en John D Wood.
El auge ha obligado a firmas legales, agencias inmobiliarias y despachos migratorios a adaptarse. Laurus Law trabaja con expertos en visados de inversión, traslados corporativos y vías de residencia por ascendencia británica, como parte de un servicio que integra propiedad, residencia y planificación educativa. Muchos clientes buscan no solo una vivienda, sino una base estable en una ciudad que ofrece “estabilidad, prestigio y calidad de vida”, según explica Hollingsworth.
Descargo de responsabilidad:
Las opiniones de este artículo solo representan las opiniones personales del autor y no constituyen un consejo de inversión para esta plataforma. Esta plataforma no garantiza la precisión, integridad y actualidad de la información del artículo, ni es responsable de ninguna pérdida causada por el uso o la confianza en la información del artículo.